Los españoles y el ahorro
Hoy se celebra el Día Mundial del Ahorro. En esta fecha se busca remarcar la importancia del ahorro en la economía familiar como en la personal.
Hasta hace poco se decía que los españoles habíamos vivido por encima de nuestras posibilidades, que gastábamos más de lo que ingresábamos y que no ahorrábamos. Durante la crisis, el gasto medio de los españoles cayó en picado y nos convertimos en pequeñas hormiguitas mientras duraban las vacas flacas. Ahora que parece que la economía doméstica vuelve a mejorar ¿seguimos ahorrando?
Según revelan los informes de este año, más de la mitad de las familias españolas no ahorran. Nuestro nivel de ahorro está por debajo de otros países de la UE como son Alemania, Reino Unido, Francia o Italia.
Los motivos por los que los españoles volvemos a disminuir nuestro nivel de ahorro se deben a que por un lado, el nivel de ingresos de las familias impide el ahorro. Esto quiere decir que los gastos son similares o superiores a los ingresos. Por otro lado, al mejorar la economía hemos bajado la guardia y no sentimos esa necesidad de ahorrar para el futuro. Por último, la educación financiera en nuestro país en escasa por lo que percibimos el ahorro como un coste y no somos capaces de ver sus ventajas.
En España, el 98,4% de las familias tiene algún activo. De ellas, el 94,5% invierte en activos financieros y el 86,7% en activos real. Como activos reales, las familias españolas destinan el ahorro a los inmuebles, a pesar de que el número de viviendas en propiedad haya disminuido en los últimos años. Si nos referimos al ahorro en activos financieros, los españoles destinamos nuestro dinero a fondos y acciones seguidos de cuentas corriente y depósitos.
Si nos fijamos en el nivel de conocimiento financiero, no hemos mejorado mucho en los últimos años. Los españoles seguimos prácticamente igual que antes de la crisis en lo que a formación financiera se refiere.
Concienciarnos de los beneficios del ahorro y la inversión y, además, adquirir conocimientos financieros son las asignaturas pendientes que tenemos para los próximos años.
Aunque la jubilación se vea lejana, no está demás comenzar a pensar en ella y buscar el producto de inversión y ahorro que mejor se adapte a nuestras necesidades.